Adolf Hitler no fue un hombre corriente. Adolf nació en una familia más bien humilde, tuvo una educación limitada y tuvo que sobrevivir en una Alemania en decadencia. Sin un futuro esperanzador, Hitler empezó a creer en su filosofía, se adentró al mundo del esoterismo, la simbología, el paganismo germánico y las órdenes iniciáticas como la Thule y se convirtió en el Reichsführer de Alemania, llevando a esta a convertirse en una máquina invasiva y tecnológicamente avanzada. Hitler conseguía sacar la energía de cada Alemán con sus discursos hipnóticos.
Su voz conseguía despertar estados de conciencia que hacía que la gente siguiera con Fe sus decisiones. Adolf Hitler se convirtió en un amante de lo oculto, del esoterismo y buscó objetos mágicos y sagrados por todo el mundo. Su afán por poseer objetos que le dieran poder le hizo enviar a sus mejores expertos en la búsqueda de dichos objetos, entre ellos el Santo Grial y el Arca de la Alianza.Cualquier enclave mágico de los Templarios o de los Cátaros era un lugar mágico para Hitler. Hablar de Hitler y del nazismo es como hablar sobre el paganismo germánico, de sus magos, de las órdenes secretas, de sus avances científicos, incluso de su posible “falso” suicidio.Quiero dejar bien claro que no vamos a realizar apología del Nazismo, sino que vamos a tratar en alguna ocasión de temas relacionados con el esoterismo Nazi, dejando de lado temas políticos.Queramos o no, estemos de acuerdo o en contra del Nazismo, lo que si que nadie puede negar es que su voz, su imagen, su puesta en escena y todo lo que le envolvía es aun un misterio para todos y una serie de enigmas que permanecen ocultos.
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