Las claviculas de Salomón

Mucho se ha sabido y mucho se ha publicado sobre tan enigmático libro, perteneciente al no menos enigmático Salomón; conocimientos ocultos que se pierden en la noche de los tiempos. Aunque el hombre en su orgullo, creyera que lo sabe todo sobre dicho libro y su antiquísima tradición, se equivoca.
Yo, me atrevería a decir que dicho libro existe. Y no podía estar en otro sitio. Cerca de unas "minas" debía ser ocultado puesto que Salomón era gran amante de los preciosos metales que se extraen en las minas y con los que construyó su grandioso Templo.

Lo que no quiere decir que lo ocultara él personalmente. No. El Libro fue de mano en mano, siempre manos "elegidas", por personajes que nunca se dieron a conocer. Las familias judías, comprometidas en su transmisión, nunca revelaron ser los "Portadores de los Secretos de Salomón". No habrían podido ir muy lejos. La persecución de todo conocimiento que conduzca al "poder real", siempre ha sido y seguirá siendo un hecho innegable.

Te estarás preguntando porqué no ha ido ya alguien a buscarlo. La verdad es que sí lo han hecho. Y, ¿por qué no lo han encontrado? Porque el "prodigioso Libro" está envuelto en Magia, y ¡no conocen dicha magia! Pero algunos conocen parte de la historia que siguió en su largo recorrido por las familias judías "elegidas", quizás las familias de los Sumos Sacerdotes. O, quizá, y puede que sea lo mismo, por las llamadas familias de la Tradición Rex Deus; que son las pertenecientes al Linaje de David del pueblo hebreo.

Los Templarios encontraron éste Libro y mucho más. Podría decirse que todo lo que allí se escondía. Por ejemplo, el manuscrito original de la "Cábala" (libro esotérico judío). No en vano, tardaron alrededor de nueve años en excavar y sacar de los muros del edificio, lo que tan bien guardaron sus antepasados. Fue trasladado al Languedoc al igual que la gran mayoría de los "tesoros" encontrados; pero una vez allí se dieron cuenta de que éstos no podían ser sacados a la luz, pues sus familias estaban siendo perseguidas y masacradas por las "huestes" del Papa reinante y los Señores de la Guerra del Norte de Francia. Estas gentes, fueron los llamados "Herejes Cátaros".

El poder religioso y militar era enorme; y los reyes eran sus vasallos. Codiciaron las riquezas que los Caballeros encontraron, por muy secretas que pretendieron que fuera. La persecución se desarrolló desde el principio hasta el final.Y acabó con ellos.

La historia tiene una deuda pendiente con los Cátaros; miles de personas murieron masacradas por el poder religioso reinante, los Católicos.

Los Caballeros del Temple, como afirma la leyenda, también encontraron y trasladaron hasta su tierra natal (al menos de la mayoría de ellos), el Libro de Magia de Salomón. Este fue especialmente perseguido, pues en los archivos vaticanos se encontraban ya muchos de los manuscritos más antiguos procedentes de otras culturas, dado el afán de los fanáticos cristianos de preservar a su "rebaño" de fieles, del Conocimiento y la Verdad. Y siempre fueron capaces de todo. Pues según su máxima perenne: "El fin justifica los medios". 

Algunos templarios que se habían comprometido a ser los "Guardianes del Libro mágico", cruzaron toda la península ibérica aún en poder de los musulmanes, con la intención de encontrar un sitio apropiado que sirviera de escondite para tan preciado "tesoro". Su "carga" fue, sobre todo, peligrosa. Eran conscientes de que, en manos de hombres fanáticos y ambiciosos, la "magia" contenida en el Libro, podría convertirse en un arma peligrosísima y ¿quién dice que en los monasterios no se conocía y se practicaba algún tipo de magia? Por ejemplo, la Alquimia ya era bien conocida y toda la farmacopea de entonces, con su conocimiento de las hierbas, pasaba por las manos de los monjes que las preparaban en sus abadías.

Además, debía saberse que el Libro también contenía un recetario sobre el modo de dominar a los "Demonios"; y éstos, eran muy temidos durante ésos siglos que la historia oficial ha denominado comúnmente como Edad oscura. Ciertamente el Cielo y el Infierno eran los grandes paradigmas sobre los que giraba la fe de todos los creyentes medievales; por lo tanto, y siendo éste un siglo en el que su sociedad se movía fundamentalmente por la fe religiosa, no es de extrañar que la vida y la muerte importaran tan poco, aunque sí importara mucho el "cómo" había que vivir y morir.

Los Caballeros "Guardianes" consiguieron llegar a las tierras del Al'Andalus y allí a un lugar que les perteneció anteriormente. Se vieron obligados a reconquistar a los árabes, una de sus "encomiendas" de labranza. Y una vez allí, entre sus muros y después de graves enfrentamientos internos durante los cuales murieron algunos de ellos, ocultaron por fin el codiciado Libro. 

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