A esta extraordinaria mujer tuve el honor de conocerla hará más de un año en una conferencia de la Entessa Judeo-Cristiana de Barcelona. Su testimonio no dejó indiferente a nadie y sus últimas palabras fueron en recuerdo de una mujer que no conoció, que ni siquiera sabe quién fue y quien murió en su lugar. Dijo, más o menos, lo siguiente: "No puedo estar contenta por haber sobrevivido, sabiendo que otra mujer ocupó mi lugar. Era yo quien tenía que morir. Siempre me acuerdo de ella". Nos conmovió a todos los presentes. No es que no estuviese contenta de no haber sobrevivido, sino que en medio del horror se dio cuenta de que una vida no sustituye otra. Después de este recuerdo, os dejo con la noticia...
Mazaltov Behar Mordoh, 'Fofó' para los conocidos, es un testimonio vivo del Holocausto; una prisionera de 17 años en Auswitchz que fue obligada a someterse a terribles experimentos médicos.
"Sobreviví gracias al doctor Samuel y a la enfermera Fela", declara a ELMUNDO.es esta judía de origen griego, que ofrece su testimonio con motivo de la celebración de un curso sobre Medicina en el Holocausto organizado por la casa Sefarad (Madrid).
Fofó formó parte del grupo de jóvenes vírgenes seleccionado por el doctor Carl Clauberg para realizar experimentos de esterilización. Se trataba de dar con un método rápido para acabar con la reproducción de seres que pudiesen 'ensuciar' la raza.
La capacidad de elegir no existía en los campos de concentración. Negarse a seguir el dictamen, suponía la muerte. Es lo que le ocurrió a la cuñada de Fofó. "Quería tener hijos y se negó a participar en los ensayos de Clauberg; la mataron", afirma esta superviviente. Ella, sin embargo, sí acudió al 'bloque 10', aquel en el que se realizaban distintos 'experimentos' y en el que se alojaba a 'las cobayas' humanas.
Una cirugía falsa
"Me pusieron una madera y me radiaron con unas máquinas. Consiguieron pudrirme un ovario y mi riñón dejó de funcionar", lamenta. Tras estudiar los 'efectos' de esta técnica, se encargó a un médico de 80 años y a una enfermera, Samuel y Fela (ambos judíos), la esterilización de Fofó. Fingieron llevarla a cabo, pero lo único que hicieron fue extraer el órgano dañado.
"El día después de la operación yo no hacía más que llorar. Samuel se sentó en mi cama y le pregunté si podría tener hijos. Ahí fue cuando me dijo que no me había hecho nada malo, que sólo me había extirpado lo que estaba podrido". Pocos días después, Samuel fue ejecutado.
Hasta en dos ocasiones Mazaltov (un nombre que significa 'buena suerte') fue llamada a la cámara de gas por su número de prisionera -"es de las pocas palabras que sé en alemán", dice mientras repite este código numérico- . Pero, en ambas ocasiones logró zafarse de la muerte con la ayuda de Fela. Esta enfermera se encargó de esconderla -"me trataba como a su hija", recuerda Fofó- y también de alimentarla y llevarle hasta 15 pastillas diarias con las que tratar la disfunción renal que sufría.
Medio siglo después, a sus 85 años y bajo tratamiento para un cáncer de pulmón, esta superviviente, afincada en Lloret del Mar, no deja de dar las gracias por estar viva. "Él sabía que lo iban a matar pero decidió salvarme", afirma emocionada. Gracias a aquello, es madre de David Samuel, un hijo que lleva el nombre de su hermano fallecido y el de aquel médico.
Fuente:http://www.elmundo.es/elmundosalud/2010/09/03/noticias/1283529030.html
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