De momento, la posibilidad de no envejecer y permanecer inalterados física y psicologicamente forma parte de la ficción, pero la ciencia cada vez se acerca más a conseguir el objetivo de la inmortalidad.
En la última conferencia de la Fundación SENS sobre longevidad humana celebrada en Cambridge, Inglaterra, se reunieron más de 200 científicos de todo el mundo para discutir formas de extender la vida y vencer el envejecimiento. Abarcando áreas que van desde la biogeriatría, ingeniería de tejidos o regeneración celular, hasta la demografía y la política...
El envejecimiento es resultado de la acumulación de varios tipos de daños celulares y se tiene que combatir como un problema de ingeniería, catalogando los cambios moleculares y celulares que eventualmente nos matan e identificando formas de reparar "o revertir" esos cambios.
La teoría del doctor De Grey
El doctor De Grey, conocido como el profeta de la longevidad propone y persigue una teoría: que el ser humano pueda vivir 1.000 años, y opina que llevando a cabo los avances correctos, en unas décadas la ciencia podrá detener el proceso de envejecimiento.
Ahora bien, seguramente a mucha gente, la idea de vivir 1.000 años "o incluso 120" en un mundo lleno de ancianos, enfermos o discapacitados, es algo que puede no ilusionar demasiado. Pero como señala el profesor Serrano no se trata de vivir mil años enfermos, sino de vivir más años sin enfermedades.
"La idea de retrasar el envejecimiento es retrasar la aparición de las enfermedades asociadas al envejecimiento y así tener una mejor calidad de vida a edades avanzadas"
El envejecimiento aparece como resultado de la acumulación a lo largo de la vida de varios tipos de daños celulares y moleculares. Y hoy día ya se conocen muchos genes cuya misión es precisamente reparar los daños celulares o incluso incitar la eliminación física de las células dañadas, especialmente el gen Sirt1.
Las sirtuinas
Como el resveratrol, un antioxidante activador natural de estas sirtuinas que se encuentra presente en varias plantas (Polygonum cuspidatum) y especialmente en la piel de las uvas tintas, las grosellas, las moras y los cacahuetes.
A día de hoy, es evidente que nadie se libra del inexorable paso del tiempo y el objetivo real es aumentar progresivamente la longevidad media, algo que ya se hace desde hace décadas. Se trata, de prolongar la vida activa y autónoma de las personas retrasando las enfermedades asociadas al envejecimiento, como las neurodegenerativas, las cardiovasculares, la pérdida de fuerza muscular, susceptibilidad a infecciones, diabetes, cáncer, etc. Y la única forma de no sufrir estas enfermedades degenerativas es recibir el tipo de terapias sobre las que trabajan estos científicos, evitando la acumulación de daño celular y metabólico.
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